martes, marzo 15, 2005

Nene...comeme la verdurita

-Comés matambre?, servite
-ehh...no, no, gracias
-Lo que pasa es que Javier es vegetariano
-ah! tomá, acá hay sandwichitos de berenjena
-ehh...
-no te gustan?
-no
- no sé, querés un poco de ensalada?
-tiene arvejas?
-sí
-ah... dejá, agarro uno de éstos y me como el pan

Cuando era chiquita mi mamá me enseñó que había personas -como mi prima- que habían optado por eliminar los rezagos de carne en todas sus comidas. "Claro que para ello seleccionan muy bien los vegetales asegurándose de mantener una dieta con todas las proteínas, vitaminas y nutrientes", me explicó. Así es que, cada vez que comí lentejas en mi vida, algún rinconcito de mí recordaba a rajatabla la oración. Ser vegetariano era complicadísimo, o al menos requería de cierto control.
Marca
Después, el panorama fue cambiando. Empecé a pensar que si comías de todo, ¿por qué iba a faltarte algo, no?. Ver a mi prima feliz, llevando nueces en los bolsillos y cocinando manjares, lo hacía todo menos espamentoso. Incluso, se veía hermosa y vital.
Unos años más tarde, conocí a sus amigos. Ellos también se alimentaban de vegetales, pero ya no se veían tan hermosos: no les alcanzaba con desaparecer la sangre de sus platos, amasaban con sus entrañas la indignación por el resto de los comensales y en cada bocado levantaban su bandera. No hablaban de otra cosa.
De unos años acá, las cosas cambiaron. Empezamos a ofuscarnos un poco más por las ofertas y el "convertirse a..." resultó para muchos, un acto de osadía, un salto hacia un escalón paralelo y un lugarcito en donde permanecer. De ese caldo, supongo, emergieron estos nuevos especímenes.
A algunos les dió sólo por luchar contra Mc. Donalds y comer en Burger King. A otros, por anunciar a su familia y amigos que, "de ahora en más", se rehusarían a la carne. ¿Cómo? así.
Desde su etiqueta para mirar al mundo, la camada de vegetarianos adolescentes sale a las calles a comprar panchos para comerse el pan. Si la vieja los viera...

2 Comentarios:

Blogger Laleft dijo...

Lo divertido es que algunos son bastantes susceptibles (como mi viejo) y basta con hacerles notar que están comiendo algo que tiene grasa y que pobre vaca terminó en esto para que te regalen una linda cara de orto y un "Ufa, no se puede comer nada". n_ñ

12:47 a. m.  
Blogger Laleft dijo...

Se ve que lo conocés bien. Lástima que no pudo quitarte los errores de ortografía.

9:02 p. m.  

Publicar un comentario

Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]

<< Página Principal